lunes, 3 de abril de 2023

La 'mano negra' de una abogada saqueó a 22 ancianos ricos que murieron solos La red, con catorce empresas, se quedó con veinte chalés valorados en más de tres millones

 


Importante : tambien se lo hacen a los vivos que estan dentro de sus casas, candar bien las moticicletas, bicicletas, ... Si va a haber guerra es porque hay gente en todas las clases sociales molestando a los que respetan las normas y no hacen daño a nadie. Recomiendo que os prepareis para que no os lo hagan, no dejeis por donde entrar al diablo, si os pasa quejaros en algún foro o abrir un blog. En Estados Unidos no  creo que haya una guerra por este motivo, tienen películas hechas desde los años 70 por lo menos donde los protagonistas tienen que echar a la fuerza a los que destruyen su vida para quedársela, si pueden te matan y algien hereda lo que quede de ti o se quedan con el dni y viven con tu nombre. Si hay guerra yo me voy al pais que no entre en guerra, llevo diez años avisando de esto de la guerra y no son guerras justas, nos hacen demasiado daño a muchos y si no lo empezamos a solucionar caso a caso y poco a poco esto no se va a acabar.


La 'mano negra' de una abogada saqueó a 22 ancianos ricos que murieron solos

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Cruz Morcillo

«Parece que lo han okupado. Vamos a echar un ojo». Una patrulla de la Guardia Civil se escamó en mayo de 2021. Pasaron por un chalé en Benissa (Alicante) que habían precintado dos años antes al enterarse de que el dueño, un anciano belga adinerado, había muerto y no tenía familia. El objetivo era que no lo okuparan. Cuando los agentes entraron la casa era otra. Ni rastro de las pertenencias del dueño, habían construido una habitación nueva, había desaparecido una moto de alta gama y la vivienda estaba preparada para alquilar, con sus sábanas y sus toallas nuevas colocadas con esmero.

Los agentes de Policía Judicial del cuartel de Calpe dan con la mujer que había comprado la moto, ajena a cualquier tejemaneje. Era la segunda compradora pero les permitió llegar hasta quien la vendió la primera vez. La misma persona que había suscrito contratos de luz y agua del chalé y hasta una alarma. No parecían unos okupas de tercera; todo lo contrario.

En paralelo reciben una denuncia inquietante. A Anita, una alemana, le habían quitado su casa y las cenizas de su marido, que ingresó solo en el hospital por Covid. Cuando la mujer fue al tanatorio le dijeron que se había hecho cargo una asociación de Bilbao a la que su pareja había donado sus bienes. En el chalé habían cambiado la cerradura e instalado alarma.

Las enrevesadas historias se fueron sucediendo. «Llegamos hasta una inmobiliaria de Denia y empezaron a saltar más casos, viviendas arrebatadas, herederos que aparentemente no existían y tres o cuatro denuncias más, no todas iguales pero con un fondo común», explican los investigadores.

El hilo conduce hasta Pilar, abogada colegiada en Bilbao (no ejerce), de 63 años, y gerente de doce empresas, entre ellas dos inmobiliarias (en Denia y el País Vasco) y cuatro gestorías, en Bilbao y Cantabria. Su hermano, corredor de seguros de 54 años, era la otra pieza del tándem, que controlaba una asociación cultural bilbaína para simular donaciones e impagos en vida de las víctimas. Vivían a caballo entre Denia y el País Vasco, sin escatimar en lujos y habían tejido una maraña perfecta de empresas y colaboradores directos para desplumar a las víctimas. La desfachatez era tal que se paseaban con los coches de los muertos.

ASÍ ACTUABA LA RED

Mozos del tanatorio

Dos empleados de un tanatorio de Alicante pasaban los datos a los cabecillas de la red de difuntos cuyos cuerpos no había reclamado nadie, casi todos ancianos extranjeros acomodados y sin familiares directos; además les robaban sus joyas y pertenencias.

Las inmobiliarias

La líder, licenciada en Derecho, y su hermano tenía dos inmobiliarias y cuatro gestorías. A través de ellas alquilaban y vendían las casas de los fallecidos y convertían a los difuntos en avalistas de sus empresas con contratos falsos. Los fallecidos adquirían así una responsabilidad patrimonial y lograban quedarse con sus bienes a precio de saldo o gratis.

El geriátrico

Otro miembro, trabajador de un geriátrico lograba documentación y claves bancarias de las víctimas y transfirió más de 112.000 euros a las cuentas del grupo.

Usurpación

Pagaban suministros e impuestos de las casas usurpadas para hacerse con ellas por el uso prolongado. Para compensar los gastos, las ponían en alquileres vacacionales.

En diciembre de 2021 logran situar al grupo criminal. Los primeros que entraban en acción eran dos mozos de un tanatorio de la Marina Alta alicantina. Robaban las joyas de los difuntos que no reclamaban sus familiares y proporcionaban la información de las casas de esas personas para que el resto actuara. El tercero, era un trabajador de un geriátrico de la misma zona, que se ganaba la confianza de residentes y obtenía la documentación y las claves bancarias de ancianos a las que hicieron cargos por más de 112.000 euros. Les facturaban de forma fraudulenta en concepto de gestoría o seguros. Las víctimas, dos nonagenarias, una alemana y una suiza, cuyo dinero acabó en las cuentas de la banda. Todos se conocían entre sí, de hecho, los investigadores los vieron juntos en varias ocasiones.

Dos mozos del tanatorio

En el grupo estaba también un antiguo trabajador de un ayuntamiento que aprovechaba sus conocimientos para inscribir de forma irregular las fincas en el Registro y se aprovechaba de cualquier triquiñuela legal.

La red -integrada además por el sobrino de la cabecilla y un extrabajador suyo- había alquilado ya siete chalés de lujo en Benissa, Jávea y Denia, todos de propietarios extranjeros, cuyas herencias no habían sido reclamadas. Cinco los habían destinado a alquiler de vacaciones y dos a larga temporada. La pandemia se lo puso en bandeja, debido a la cantidad de fallecidos y las dificultades de las familias para hacerse cargo de los cuerpos.

Los investigadores llegaron a analizar más de diez mil operaciones bancarias

Los investigadores llegaron a analizar más de diez mil operaciones bancarias con sus compañeros de Delitos Económicos de Alicante. Detectaron que se habían apropiado ya de 20 inmuebles, cuatro de ellos en París, valorados en más de tres millones, y que la cabecilla pensaba fugarse. A finales de octubre detuvieron a los ocho miembros de la red, españoles y argentinos, y llevaron a cabo siete registros en Alicante, Valencia y Vizcaya. Guardaban armas de fuego, más de 100 joyas, 11.000 euros en efectivo, ocho coches y una billetera de criptomonedas.

La abogada, sorprendida, ingresó en prisión. Dijo que ella no había hecho daño a nadie. A la banda, caída en la operación 'Mano Negra' se le ha intervenido un patrimonio que supera los cuatro millones.

Los agentes han identificado a 22 víctimas fallecidas. Dos son españolas; el resto, francesas, suizas, alemanas, belgas, británicas y finlandesas, la mayoría sin herederos conocidos. Tras conocerse la noticia, han aparecido algunos familiares no directos. No viven en España y estaban al margen de lo que ocurría.

Pese a las medidas cautelares impuestas a los otros siete detenidos, uno de ellos cayó de nuevo en enero cuando intentaba repetir la jugada. El pasado 15 de marzo los agentes descubrieron que otro seguía alquilando chalés de lujo intervenidos por el juez.

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