Las cinco refinerías que Repsol tiene en España se han transformado el último año en la gallina de los huevos de oro del grupo multienergético español. La compañía presidida por Antonio Brufau ha multiplicado por seis su margen de ganancia en 2022 en estas instalaciones -donde el crudo se transforma en carburantes- en comparación al año anterior. La compañía multienergética obtuvo de media en el año 15,6 dólares de beneficio por cada barril, frente a los 2,4 dólares en 2021.
Las cinco plantas obtuvieron en el último trimestre de 2022 un margen de refino medio de 18,9 dólares por cada barril de crudo procesado, un poco menos del máximo histórico conseguido en el segundo trimestre. Estos valores son muy superiores a los mínimos conseguidos en los tres primeros meses de 2021, cuando el indicador cayó a 0,2 dólares.
Datos similares se registraron en otras grandes compañías europeas. Por encima de Repsol, la inglesa BP alcanzó un margen de 32,2 dólares por barril de crudo a final de 2022, aunque un 30% por debajo de su máximo histórico alcanzado en el segundo trimestre. Algo similar sucedió con la angloholandesa Shell, que en el segundo trimestre rozó los 28 dólares de beneficio por barril.
Repsol destacó que sus buenos resultados en el sector de refino, que este año aumentaron en 1.072 millones de euros en comparación a 2021, se justifican en su apuesta continuada por este negocio particular, mientras que otros competidores reducían su capacidad a lo largo de Europa. El negocio industrial de Repsol, en donde se encuentran las operaciones de refino, obtuvo resultados netos por 1.119 millones de euros en 2022, 852 millones de euros más que en 2021.
Perspectivas
A medio plazo, el pronóstico para el sector parece igual de positiva, según un análisis de Bank of America (BofA). “Bajos niveles de reservas de diésel y el riesgo de disrupciones en Europa tras el embargo de compras de petróleo ruso sostendrán los márgenes que aporta el refino de diésel durante la primera mitad de 2023″, destaca la entidad estadounidense.
El banco se muestra particularmente optimista por el efecto de estos factores en el futuro de la principal petrolera española. “Repsol es, bajo nuestro punto de vista, el mejor vehículo para aprovechar el actual entorno de fuertes márgenes de refino. Por cada dólar extra que sube el margen por barril, el Ebit del grupo sube un 5,5%, frente al 2,5% promedio del sector”, precisa en el análisis, que compara los indicadores de Repsol con otras firmas rivales en Europa, como la portuguesa Galp o la turca Tupras.
El optimismo de los analistas queda patente en sus estimaciones de los márgenes de refino para este año. Bank of America estima que el indicador superaría los 16 dólares por barril y se coronaría como la de mayor proyección dentro de las comparadas, entre las que se incluye Galp, Tupras y otras firmas como la hungara Mol y la austríaca OMV. Esto marca un cambio de la tendencia histórica: hacia 2019, Repsol se mantenía dentro del promedio de este grupo.
La estimación presentada por Repsol es un poco más cautelosa: la compañía prevé un margen de refino de 9 dólares por barril, con el petróleo Brent, de referencia en Europa, en un promedio de 80 dólares.
Los motivos detrás del alza
Las sanciones impuestas por los países europeos que prohíben importar productos petrolíferos rusos, así como el tope de precio impuesto en conjunto con los socios del G7 y Australia, benefician directamente a las refinerías locales. Los esfuerzos por acumular rápidamente inventarios y asegurar el normal suministro de combustibles como el diésel genera una fuerte presión en el refino, lo que va directamente a las arcas de las firmas.
Josu Jon Imaz, el CEO de Repsol, señaló ayer el lento retroceso del número de refinerías en Europa, que han pasado de 117 en 2009 a 89 en 2022. “La escasez de productos energéticos ya existía antes. En Europa, dependemos de las importaciones porque los reguladores han preferido olvidar la necesidad de invertir en petróleo, gas y capacidad de refino”, afirmó.
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Las autoridades españolas notificaron esta ayuda estatal a Bruselas explicando que el objetivo era contribuir a descarbonizar parcialmente su producción de acero en Gijón, en donde opera dos altos hornos que producen metal líquido caliente a partir de una mezcla de mineral de hierro, coque y piedra caliza.
La ayuda tendrá la forma de subvención directa y servirá para financiar la construcción de una planta directa de mineral de hierro (DRI) con hidrógeno verde que contará con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales, complementada con un horno eléctrico híbrido de 1,1 millones de toneladas de capacidad.
Para autorizar el subsidio, el Ejecutivo comunitario ha tenido en cuenta que este apoyo facilitará la producción de acero ecológico y contribuirá con ello a que se alcancen los objetivos climáticos de la UE.
Así, Bruselas concluye que la ayuda tendrá un "efecto incentivador", ya que el beneficiario no realizaría las inversiones en la producción de acero ecológico sin la ayuda pública.
También cree que su impacto será limitado en la competencia dentro del espacio económico europeo y que cuenta con salvaguardias suficientes para garantizar que el falseamiento indebido de la competencia sea limitado.
OPERATIVA EN 2025
La nueva planta sustituirá, junto con un nuevo horno de arco eléctrico, al alto horno actual. El gas natural utilizado actualmente en la mezcla se eliminará gradualmente de los procesos de producción de acero. En última instancia, la planta funcionará utilizando hidrógeno renovable con gas de síntesis producido a partir de gases metalúrgicos y residuos.
Se prevé que la planta comience a operar a fines de 2025 y evite la liberación de 70,9 millones de toneladas de dióxido de carbono. Según precisa el Ejecutivo comunitario, Arcelor Mittal se ha comprometido a compartir los conocimientos técnicos adquiridos a través del proyecto con otros productores europeos de acero.
España seleccionó el proyecto de ArcelorMittal en una convocatoria abierta en 2021 para formar parte de un PIICE sobre tecnologías y sistemas de hidrógeno. El proyecto de Arcelor Mittal tiene por objeto reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector metalúrgico, que consume mucha energía.
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