España tiene cultura de bar. Para los españoles, el bar es un símbolo de nuestra identidad, un lugar de encuentro para reunirse con amigos y familiares y donde surgen infinidad de historias y confidencias. Incluso sirve como una extensión de la propia oficina para hablar de negocios y cerrar tratos.

El tapeotomar unos vinos o unas raciones, la hora del vermut, pasar a tomar un café rápido son, entre otros, el reflejo de un sin fin de situaciones cotidianas que se dan lugar en los bares. Momentos únicos que nos gusta disfrutar con cierta frecuencia, ya sea en el bar de toda la vida o en uno nuevo del que nos han hablado recientemente.

"Vergonzoso": lo que un camarero hizo para que unos clientes pagasen la cuenta
"Vergonzoso": lo que un camarero hizo para que unos clientes pagasen la cuenta© Proporcionado por El Confidencial

La reseña más surrealista a un bar durante el último mes

El Confidencial

Tal es la fama de nuestros bares que, en los últimos años, acudimos (cada vez con más frecuencia) a diferentes plataformas como Google o TripAdvisor para leer las reseñas que otros clientes han dejado sobre un establecimiento en cuestión. Algo que es de vital importancia para los negocios de hostelería ya que, según el sentido de esta, muchos clientes pueden tomar la decisión de acudir (o no) al bar en el que se muestran interesados.

"Estamos en Santander ¿no?"

Sin embargo, en los últimos tiempos los propietarios se están enfrentando a críticas surrealistas, absurdas e incluso falsas, lo que torpedea la credibilidad del local y pone en jaque a estos profesionales que intentan capear como pueden las malas críticas. A veces, con respuestas épicas llenas de ironía y, en otras, dando una rotunda lección de seriedad.

Algo parecido es lo que sucedió entre el dueño de un bar de Santander y un hombre que no llegó a ser ni cliente pero que se atrevió a escribir una reseña dando una valoración de una sola estrella con una absurda justificación.

"No he comido en este rrestaurante; y no lo haré hasta que en la carta escriban 'chipirón' y no 'txipirón'. Estamos en Santander ¿no?", se quejaba amargamente la mujer, haciendo referencia a la carta del local. Ante esto, el propietario del establecimiento ni se ha pronunciado, pero, en su lugar, si ha reaccionado con ironía la cuenta de Twitte@SoyCamarero que es la que ha publicado la reseña: "Me han comentado que hasta que no escriban bien 'restaurante' no les atenderán".