Cuarenta vacas, ni más ni menos, es lo que había dentro del antiguo establo cuando decidieron su compra con la idea de convertirlo en una preciosa vivienda de campo. La casa, lista para recibir la Navidad –atrezada con cerámica blanca, pieles y cientos de velas–, se localiza a pocos kilómetros de Comillas, en una pradera de ensueño. Toda la obra fue llevada a cabo por el arquitecto Antón Dávila, del estudio Ruiseñada Arquitectura, y la constructora Lope Nogalera, "con quienes tuvimos una enorme complicidad y que entendieron a la perfección nuestra idea inicial", nos explican los propietarios. Ella, española, y él, escandinavo, han vivido muchos años en Estados Unidos y Reino Unido y su influencia anglosajona se percibe, sin duda, en el estilo y la filosofía de la casa.
La planta baja es prácticamente diáfana, lo que potencia la luminosidad y, además, fomenta la vida en familia. Los materiales, acabados y tejidos nos recuerdan a los cottage ingleses, como la carpintería y las vigas en azul grisáceo, o la tarima de tablas anchas de roble de Grato Parquet. Cualquier rincón es perfecto para refugiarse en invierno, aunque el mejor plan es junto a la chimenea, diseñada por ellos: "Es ideal, pero, además, contamos con un fantástico sistema de geotermia para la calefacción y el agua caliente instalado por Girod Geotermia". Otro tanto a favor de esta vivienda, de cuyo mantenimiento se encarga la empresa de servicios Encomendados.
En cuanto a la decoración, fueron también los dueños los que marcaron las directrices, con la ayuda de Mónica Jenssen en la elección de telas; ella ideó asimismo algunas de las piezas tapizadas. Fantástica la unión de muebles antiguos y diseños modernos, y emocionantes los pequeños detalles, como las pieles de oveja y las macrolámparas de cuerna desmogue, que hacen un guiño a los estilos nórdico y norteamericano.
Ideas del proyecto
- Remarcar su estructura. los puntos fuertes de la vivienda, como son los techos altos o las ventanas, se realzaron con una carpintería en gris. así, marcos, vigas y también rodapiés destacan sobre la blancura de las paredes y las cubiertas a dos aguas.
- La chimenea. se revistió con mampostería de piedras encontradas en el viejo establo. Lo mejor, las dos leñeras de obra que la flanquean y la repisa, que acoge un numeroso y navideño grupo de velas.
- La deco natural. tiene un punto country, con cuernas y alfombras de pelo, y al tiempo un aire escandinavo, de colores serenos y diseños limpios.
Realización: Mercedes Días de Rábago.
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