Lo que hizo John McAfee en prisión antes de suicidarse
John McAfee, creador del antivirus McAfee, apareció el miércoles muerto en la celda que ocupaba en el módulo 1 del Centro Penitenciario de Brians 2. Los trabajadores de la prisión lo encontraron colgado sobre las 18:00 horas, según informa El País, con lo que la principal hipótesis es que se tratase de un suicidio. Ese mismo día por la mañana, la Audiencia Nacional había autorizado su extradición a Estados Unidos por evasión fiscal durante los ejercicios de 2016, 2017 y 2018.
McAfee, de 75 años, había solicitado no ser extraditado, pero el tribunal desestimó su petición al no existir ninguna “prueba acreditativa” de que el reo estuviera sufriendo una “persecución política” por su “militancia” en contra del sistema tributario estadounidense, que consideraba corrupto. Tampoco aceptó las “razones humanitarias” que alegaba el empresario para evitar la extradición. McAfee afirmaba que, de ser enviado a Estados Unidos, pasaría lo que le quedaba de vida encarcelado con un delicado estado de salud que agravaría la situación. Sin embargo, la Audiencia desmonta ambas tesis pues Estados Unidos “fija en un máximo de cinco años” la pena a la que se enfrentaba y “no consta” que McAfee sufriese “graves problemas de salud”.
Pidió estar a solas cuando le notificaron la extradición
A las 16:00 horas, cuando ya había recibido la notificación de la Audiencia Nacional, McAfee pidió estar solo durante unas horas en su celda, que compartía con otro interno, aunque en ese momento no estaba allí. Los trabajadores accedieron porque se trata de un derecho individual que tienen los presos por la tarde cuando no tienen actividades, explican fuentes penitenciarias. Pasadas las seis de la tarde, cuando los funcionarios abrieron la puerta para que saliesen de nuevo, encontraron a McAfee colgado.
Los trabajadores de la prisión se sorprendieron, ya que, desde que entro a prisión el 4 de octubre de 2020, su comportamiento había sido ejemplar. “Un preso por delitos económicos con una vida absolutamente normal”, cuentas fuentes penitenciarias. Además, tampoco habían observado en él tendencias suicidas, con lo que no se le aplicó ningún protocolo específico, como tener que estar acompañado las 24 horas por otro interno, indican esas mismas fuentes, aunque el Departamento de Justicia no lo ha confirmado.
Aseguró en varias ocasiones que no se suicidaría
Todavía se tiene que practicar la autopsia al cuerpo para determinar las causas del fallecimiento, pero la Generalitat de Cataluña señala en un comunicado que las pesquisas preliminares apuntan a un suicidio. Su abogado, Javier Villalba, también aseguró a Reutersque esta fue la causa de su muerte: “Este es el resultado de un sistema cruel que no tenía motivos para mantener a este hombre en la cárcel por tanto tiempo”. El juzgado de primera instancia e instrucción número 5 de Martorell, que estaba ayer en funciones de guardia, se ha hecho cargo del caso.
Pese a que todo apunta a un suicidio, han surgido algunas teorías que apuntan en otra dirección. Y es que John McAfee había manifestado en algunas ocasiones que no se suicidaría. El 8 de octubre de 2020, tuiteó que se encontraba “contento” en prisión: “Tengo amigos. La comida es buena. Todo está bien. Que sepáis que si me cuelgo, a lo Epstein, no será mi culpa”. En noviembre de 2019 volvió a hacerlo: “Recibiendo mensajes sutiles de autoridades de Estados Unidos diciendo: ‘Vamos a por ti, McAfee. Vamos a hacer que te suicides’. Hoy mismo me hice un tatuaje por si acaso. Si me suicido, no lo hice. Me liquidaron. Mirad mi brazo derecho”, publicó un tuit en el que adjuntaba una imagen con un tatuaje que acababa de hacerse en el que se leía la palabra ‘$Whackd’, una expresión coloquial en inglés que significa ‘liquidado’ o ‘asesinado’.
Sin embargo, sus publicaciones se volvieron cada vez más oscuras y mostraban un entorno marcado por la violencia, las peleas y la ansiedad, lo que pudo provocar que su postura cambiara radicalmente y decidiera finalmente acabar con su vida de forma voluntaria. “Hay mucho dolor en la cárcel, disfrazado de hostilidad”, reflexionó en uno de sus últimos tuits.
Para conocer los pasos de John McAfee, hallado muerto el miércoles en prisión, solo hacía falta seguir sus redes sociales. Salvo algunas mentiras, o intentos de despiste, McAfee relató su periplo por Cataluña el último año y medio. Había viajado hasta Tarragona para visitar a unos amigos, según sus propias palabras, y se vio atrapado por la pandemia. Pero la policía sospecha que allí asentó su campo base, desde donde se movía por Europa. Las autoridades creen que vivía en un hotel semiabandonado de Cambrils, el Daurada Park. Dos años antes, en una inspección administrativa, los Mossos encontraron en los bajos del establecimiento una fábrica de criptomonedas.
El periplo de McAfee en Cataluña: un hotel abandonado y una fábrica de criptomonedas
Para conocer los pasos de John McAfee, hallado muerto el miércoles en prisión, solo hacía falta seguir sus redes sociales. Salvo algunas mentiras, o intentos de despiste, McAfee relató su periplo por Cataluña el último año y medio. Había viajado hasta Tarragona para visitar a unos amigos, según sus propias palabras, y se vio atrapado por la pandemia. Pero la policía sospecha que allí asentó su campo base, desde donde se movía por Europa. Las autoridades creen que vivía en un hotel semiabandonado de Cambrils, el Daurada Park. Dos años antes, en una inspección administrativa, los Mossos encontraron en los bajos del establecimiento una fábrica de criptomonedas.
¿Era esa la misión de McAfee en Cataluña? ¿Retirarse a un lugar discreto, como Cambrils, en un hotel semiabandonado, para fabricar criptomonedas? Su abogado, Javier Villalba, no da detalles de qué hacía en Cataluña o dónde se alojaba. No es azaroso. Además de la causa por no presentar las declaraciones a Hacienda entre 2014 y 2018 por la que fue ordenada la extradición de McAfee, contra él pesa una segunda petición de Estados Unidos a la Audiencia Nacional, todavía embrionaria, donde se le acusa de ganar dinero con criptomonedas sin declararlo.
Fuentes de su entorno niegan que McAfee estuviera relacionado con las personas rusas que compraron el hotel Daurada Park, un antiguo lugar muy popular en la zona, con una gasolinera donde la gente se paraba a repostar, que se devaluó cuando construyeron una autovía. Ahora hay que desviarse para acceder hasta él. Pero en sus redes sociales, los seguidores del empresario no dudaron en identificar el hotel a través de las fotografías que McAfee colgaba. En la actualidad está cerrado, custodiado por un vigilante.
Durante sus vueltas al mundo, los más de un millón de fans que el creador del antivirus tenía en Twitter y los más de 55.000 en Instagram (la cuenta ha sido borrada) viajaban virtualmente con él, probando a adivinar dónde se encontraba. En diciembre de 2019, uno de sus seguidores le pregunta: “¿Qué haces en Cambrils? Se trata de un municipio de la costa de Tarragona, en Cataluña, con 33.300 habitantes”. El empresario no responde. Pero poco después, en enero de 2020, él mismo cuelga una fotografía con dos amigos en Salou, una localidad cercana a Cambrils. Asegura que viaja a Cataluña con frecuencia, donde tiene amigos.
En marzo, la pandemia le sorprende aún en Tarragona. McAfee cuelga fotografías con supermercados vacíos y rótulos en catalán. Sus seguidores, de nuevo, le sitúan en el mapa. McAfee despotrica de las medidas para contener la covid. También se deja ver en la playa, o conduciendo por la zona de Tarragona. Algunos afirman haberse cruzado con él en el supermercado. McAfee no oculta que está en España, de donde se queja que no puede salir. Intenta viajar a Alemania sin mascarilla ―en sus redes cuelga fotos con un tanga por cubrebocas―, y le obligan a regresar al aeropuerto de Reus.
Ya en julio, la Policía Nacional recibe la notificación de Interpol para detener a McAfee por evasión fiscal. El empresario entonces juega en sus redes a fingir que está en otros lugares. Algunas de las imágenes que cuelga tienen señuelos involuntarios, como una botella de agua de la marca Bezoya, que lo sitúa en España, o un restaurante en la playa de La Pineda, en Tarragona. La policía se pone tras su pista. Las informaciones apuntan a que va a coger un vuelo privado desde Reus para viajar al extranjero. Pero los agentes llegan tarde. McAfee vuela una semana antes de lo que ellos creían.
El fundador del antivirus regresa de nuevo a España. Finalmente, el sábado 3 de octubre, policías del aeropuerto de El Prat, en Barcelona, lo detienen. Tenía la intención de viajar a Estambul, pero salta en el sistema que tiene pendiente una orden internacional de detención por evasión fiscal. Al día siguiente, después de declarar en la Audiencia Nacional, ingresa en la prisión de Brians 2, en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona).
“La familia está destrozada por la pérdida”, asegura el abogado de McAfee, Javier Villalba. Siguen a la espera de personarse en la causa de su muerte que ha abierto el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Martorell, pero ya anuncia que pedirán una segunda autopsia (aún se desconoce la conclusión de la primera) para determinar las causas de su fallecimiento. Los Mossos y el Departamento de Justicia apuntan a que se trata de un suicidio. Los funcionarios de la prisión le encontraron en su celda, colgado, horas después de que le hubiesen informado de la decisión de la Audiencia Nacional de extraditarle.
Villalba repite que no había nada, ni en su actitud ni en sus comentarios, que hiciese sospechar que pudiese suicidarse. E insiste en que su extradición a Estados Unidos no era inmediata. Aún podían recurrir la decisión del tribunal, había una segunda causa sobre la que decidir… “Estamos muy indignados, vamos a llegar hasta el final”, repite, y critica también el hecho de que una persona pueda morir cuando está bajo tutela de las instituciones penitenciarias.
McAfee también relató a través de Twitter su estancia en prisión. En su cuenta, se puede ver como sus intervenciones pasan por distintas etapas. Al principio, se muestra más benevolente, e incluso alaba la comida en la prisión. El 15 de octubre de 2020, advierte de que si le encuentran muerto ahorcado (“al estilo Epstein”, dice, en referencia al empresario acusado de acoso sexual que se suicidó en Estados Unidos) no es “culpa” de él.
Pero poco a poco su tono se ensombrece. Cuando lleva tres meses encerrado, asegura en Twitter que si quienes dictan las leyes tuviesen que pasar “un solo día en prisión” antes de redactarlas, “las penas por los crímenes no violentos serían drásticamente menos severas”. Dos meses antes de ser hallado muerto en su celda, escribe: “Llevo casi siete meses encarcelado en Cataluña. No hablo catalán, y poco español, por lo que el contacto humano es limitado. No hay distracciones, no hay escapatoria de la soledad, del vacío, de mí mismo. Este ha sido el periodo más difícil de mi vida”.
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