LAS NOTAS DEL DESASTRE
El diario que revela la terrible verdad sobre la era nazi (y se parece a nuestra época)
Friedrich Kellner era un funcionario que desde el primer momento se posicionó contra Hitler y alertó de las dramáticas consecuencias que conllevaría la II Guerra Mundial
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Este intrépido personaje, nacido en 1885, anotó 676 entradas en un diario personal que detalla las atrocidades nazis en tiempo real a partir de 1939. El documento, de incalculable valor histórico, fue publicado en inglés en enero de este mismo año bajo el título 'My Opposition' por la editorial Cambridge University Press, medio siglo después de que su autor se lo regalara a su nieto estadounidense.
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Las razones que explican esta dilatada espera es la profunda crítica que ejerce no solo contra los nazis, sino también contra toda la población alemana de la época, sosteniendo la teoría de que ante tales barbaridades, el silencio de aquellos que por miedo no se manifestaron contra Hitler, les convertía a su vez en cómplices: “No hay represalia lo suficientemente dura para todas estas bestias nazis”, escribió en su diario. “Cuando llegue el castigo divino por los hechos cometidos, los inocentes alemanes tendrán que sufrirlo al igual que ellos. Como el 99% de la población germana es culpable, directa o indirectamente de la situación actual, solo podemos decir que aquellos que viajan unidos se mantendrán juntos”.
Antes del ascenso del Führer al poder, Friedrich Kellner era un soldado veterano de la Primera Guerra Mundial y un opositor férreo al proyecto hitleriano. En los días de la República de Weimar pronunció discursos contra Hitler que le depararon numerosos arrestos en el futuro por parte de las SS. Al igual que él, miles de funcionarios y representantes de la socialdemocracia alemana tuvieron que huir para escapar de la persecución. Kellner se mudó a Laubach, una pequeña ciudad localizada en la región de Upper Hesse, donde se hizo funcionario. Pronto, la localidad se convirtió en un hervidero de nazis, lo que le llevaría a calificarlos como “bribones” o “tontos”, entre muchas otras cosas.
Tampoco se quedó corto con Estados Unidos: “¿Los aislacionistas de Estados Unidos abrirán ahora los ojos? ¿Qué delirio domina a este pueblo de cobardes? ¿Cómo puede mantenerse al margen afirmando ser neutral durante esta lucha descomunal por la dignidad humana y la libertad? Eso les coloca del lado de las naciones del terror”, redactó justo un día después del bombardeo de Pearl Harbor.

El coraje y la determinación de Kellner a la hora de denunciar algo que le podría costar la vida no solo quedó relegado a su diario personal. También intentó paralizar el fulgurante ascenso nazi. Tras la Noche de los Cristales Rotos de 1938 en la que la persecución antisemita del Partido comenzó, Kellner intentó presentar cargos contra algunos de los líderes antidisturbios que cometieron los linchamientos contra la población judía. Esto le costó que un juez afín a Hitler ordenara que se investigaran posibles rastros de ascendencia judía en él y su esposa, Pauline, quien también se negó a adherirse a las organizaciones de mujeres nazis. En más de una ocasión les amenazaron con llevarles a un campo de concentración y planearon para ellos un severo castigo una vez que Hitler se alzara con la hipotética victoria frente a los aliados. “La actitud de Kellner ejerce una mala influencia sobre la población y debe desaparecer”, promulgó Ernst Mönnig, un oficial nazi.
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La brutalidad de los hechos, acaecidos hace poco más de 50 años, no tienen comparación con nada vivido antes por Kellner, incluida la Primera Guerra Mundial: “Este tratamiento cruel, despreciable y sádico contra los judíos que ha durado varios años, con su objetivo final del exterminio, es la mayor mancha en el honor de Alemania”, anotó el 15 de diciembre de 1941. “Nunca serán capaces de borrar estos crímenes”.
Es una narración escrita por un ciudadano alemán medio que nunca perdió de vista la capacidad de discernir el bien del mal
“No pude luchar contra los nazis en el presente, ya que tenían el poder de silenciarme, por lo que decidí luchar contra ellos en el futuro”. Estas fueron las supuestas palabras que Kellner dirigió antes de morir a su nieto Robert Scott Kellner, un profesor de inglés retirado y orgulloso heredero y portador del diario. Según él, dicho diario fue un intento por parte de su abuelo de proporcionar a las generaciones futuras un arma “contra cualquier resurgimiento de ese mal”, según recoge 'The Times of Israel'.
Durante más de 30 años después de su muerte, pocas personas ajenas a la familia vieron sus páginas escritas. En 2005, la Biblioteca Presidencial George Bush exhibió algunas partes. “Mi abuelo sabía que personas como los nazis nunca perderían su sed de poder y de dominación absoluta”, asegura. “El último de los supervivientes del Holocausto se irá pronto, pero su voz seguirá siendo una narración irrefutable contra todos los historiadores revisionistas y negadores del Holocausto. Una narración no escrita por un nazi o una víctima de los nazis, sino redactada por un ciudadano alemán medio que nunca perdió de vista la capacidad de discernir el bien del mal”, declara su nieto.
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