domingo, 16 de abril de 2023

NUTRICIÓN La verdad sobre los ingredientes que llevan las pastillas de caldo: ¿son saludables?

 

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La verdad sobre los ingredientes que llevan las pastillas de caldo: ¿son saludables?

Rápidas y con un sabor potente, las pastillas de caldo se utilizan para hacer platos más sabrosos. Viendo su composición es probable que dejes de usarlas. No son nada aconsejables

Foto: ¿Son saludables las pastillas de caldo? La verdad sobre sus ingredientes. (iStock)
¿Son saludables las pastillas de caldo? La verdad sobre sus ingredientes. (iStock)

Con el invierno, llegan los días de frío y las ganas de tomar un buen caldo caliente que reconforta y entona el cuerpo. Mucha gente, sin ganas ni tiempo de meterse a fondo en la cocina, utiliza las populares pastillas de caldo, ya que su modo de empleo es muy fácil y basta con disolverlas en agua unos pocos minutos para obtener un rico consomé.

 

Las hay de pollo, de cocido, de verduras, de carne o de pescado y, además de para caldos, también pueden añadirse a los guisos directamente como un condimento, salvándote más de un apuro culinario. Y tienen la ventaja de que son muy económicas, ya que preparar un litro de caldo con dos pastillas solo te costará unos 10 céntimos. Pero ¿te has preguntado alguna vez de qué están hechos estos pequeños cubitos?

Composición de las pastillas de caldo

Para saberlo, lo más sencillo es echar un vistazo a la lista de ingredientes de su elaboración y encontrarás que, principalmente, están compuestas por sal. La siguen el glutamato monosódico (E621), los ribonucleótidos de sodio (E635), el almidón, el extracto de levadura, las grasas saturadas y, al final, ya empiezan a aparecer las verduras, la carne o el pescado. Esto nos da una idea clara de que lo que se está comprando realmente es sal y potenciadores de sabor y muy poco producto bueno.

Foto: Glutamato monosódico (iStock)

Como muchos otros productos procesados, las pastillas de caldo llevan glutamato, un aditivo que se utiliza para hacer que el sabor sea más intenso y se estimule el apetito, favoreciendo la obesidad. Por tanto, es un componente que gusta y engancha, ya que es muy sabroso. Sin embargo, no debe suplir la falta de buenos ingredientes y, además, puede provocar dolores de cabeza, presión en las sienes y rigidez en la nuca.

 

Tampoco podemos perder de vista el contenido real de sal, ya que esta supone el 53% del contenido de cada pastilla de caldo; es decir, 52,9 gramos del contenido. Un valor altísimo, si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de 5 gramos al día. En España consumimos una media de 9 gramos. La conclusión es sencilla.

 

Las pastillas de caldo llevan glutamato, que hace que el sabor sea más intenso y estimule el apetito

 

En definitiva, las pastillas de caldo apenas tienen nutrientes, por lo que es más que aconsejable preparar un caldo en casa. El caldo casero es más energético y aporta un 40% más de proteínas que las pastillas. Junto a esto, son una gran fuente de hidratación y una buena solución para personas que necesitan una dieta suave o de adelgazamiento, ya que una ración de 250 ml apenas proporciona 22 calorías.


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