El nuncio acelera la renovación de obispos: cuatro nombramientos en un día
El auxiliar de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto, es promovido a arzobispo residencial
El vicario general de Córdoba, Antonio Prieto Lucena, llega a Alcalá de Henares como nuevo obispo
Los sacerdotes sevillanos Teodoro León Muñoz y Ramón Valdivia Giménez como nuevos obispos auxiliares de la diócesis hispalense
Se buscan obispos para la Iglesia española de la próxima década
Hacía años que España no vivía el anuncio de cuatro nuevos obispos en un día. Con los nombramientos de Francisco José Prieto como nuevo arzobispo de Santiago de Compostela -hasta ahora era obispo auxiliar-; del vicario general de Córdoba, Antonio Prieto Lucena, como obispo de Alcalá de Henares; y de los sacerdotes sevillanos Teodoro León Muñoz y Ramón Valdivia Giménez como nuevos obispos auxiliares de la diócesis hispalense, el nuncio apostólico, Bernardito Auza, acelera la renovación en el episcopado español.
En la situación actual, la interpretación de este aluvión de nombramientos no hay que hacerla sólo en clave de proveer un relevo en cada diócesis. Además hay que tener en cuenta -dada la necesidad de hacer cambios en casi un tercio de las diócesis, por motivos de edad- que los nombres elegidos contribuyen de manera significativa a diseñar cuál va a ser el perfil del Episcopado en las próximas dos décadas y, de forma más concreta, qué sensibilidad eclesial será mayoritaria en la Conferencia Episcopal cuando, dentro de un año, tengan que elegir a los sucesores de los cardenales Omella como presidente, y Osoro, como vicepresidente.
A ello hay que sumar la especial configuración del nombramiento de obispos en España. El procedimiento habitual es que el nuncio, tras realizar una amplia consulta entre los obispos, sacerdotes y laicos, proponga una terna al dicasterio vaticano para los Obispos, quienes, en sus sesiones ordinarias, eligen un candidato que es presentado al Papa para que, finalmente firme su nombramiento. Desde hace poco más de un año, en España se impuso una 'comisión de ayuda al nuncio', que supervisa al legado pontificio su tarea de consulta y negocia con él la terna que debe presentar en el Vaticano.
Aunque la creación de la comisión nunca ha sido anunciada públicamente, sí que ha sido reconocida tácitamente desde la Conferencia Episcopal. De esta forma la justificación oficiosa de la creación de este grupo de trabajo sería «ayudar al nuncio a conocer mejor la Iglesia española». En la práctica, y según apuntan fuentes cercanas al episcopado, se trataba de evitar que el nuncio siguiera optando por sacerdotes de «perfiles conservadores», como había ocurrido con sus primeros nombramientos.
Con los nombramientos de este sábado, el nuncio habría conseguido avanzar en su objetivo de renovación del Episcopado. Y dado el perfil y las trayectorias de los elegidos, imponer su criterio. Por una parte, el nombramiento en Santiago de Compostela, con la promoción del obispo auxiliar a arzobispo entra dentro de las previsiones, y sigue la senda que se inauguró cuando Antonio María Rouco pasó de auxiliar a titular. Cuando fue trasladado a Madrid fue sustituido como arzobispo por Julián Barrio, que era su auxiliar. Ahora se repite el procedimiento con el nombramiento de Francisco José Prieto como arzobispo.
Hasta Alcalá de Henares llega el hasta ahora vicario general de Córdoba, Antonio Prieto Lucena. Nacido en La Rambla el 13 de enero de 1974, Prieto Lucena fue ordenado sacerdote el 2 de julio de 2000. Es licenciado en Teología del matrimonio y la familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense de Roma y doctor en Teología Moral por la Universidad Eclesiástica San Dámaso.
Dos auxiliares para Sevilla
Por otra parte, Sevilla contará con dos nuevos obispos auxiliares, una circunstancia que no se daba desde el pontificado de Bueno Monreal. Teodoro León era hasta ahora vicario general, deán de la Catedral y presidente del Cabildo. Nacido en Puertollano (Ciudad Real) el 27 de noviembre de 1964, fue ordenado sacerdote en Sevilla el año 1991. Es doctor en Derecho Canónico y diplomado en Jurisprudencia de la Rota Romana. Fue nombrado vicario general por monseñor Asenjo en el año 2010. Tras su llegada a la diócesis como arzobispo, monseñor Saiz le renovó su confianza.
Por su parte, Ramón Valdivia Giménez nació en Osuna en 1974. Se licenció en Derecho en 1997. Es doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma y doctor en Derecho por la Universidad de Sevilla. Hasta ahora era párroco de San Roque (Sevilla) y profesor de Filosofía en la Facultad de Teología San Isidoro y en la Fundación CEU- Cardenal Spínola (Bormujos). Monseñor Asenjo lo nombró canónigo en 2020.
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