Pedro Sánchez estrecha la mano de Guillermo Fernández Vara en un mitin, ayer, en Cáceres.
Pedro Sánchez estrecha la mano de Guillermo Fernández Vara en un mitin, ayer, en Cáceres.© EFE

Fumata blanca. Tres años después, la Ley de Vivienda se desbloquea tras un acuerdo entre el Gobierno y sus socios de ERC y Bildu. En el Ejecutivo tenían la convicción hace días de que, por fin, era cuestión de días desencallar la norma y que sólo faltaba la conformidad de sus socios catalanes y vascos. En esta recta final se implicaron los principales líderes de todas las partes, lo que denotaba que se estaba en el tramo final, cerrar los flecos. En La Moncloa se aceleró porque había interés en que se aprobara antes de la campaña de las elecciones del 28-M, toda vez que les permitía presentar una importante munición política para los comicios.

El optimismo se había instalado entre los socios de la coalición. Ahora sí había la conciencia de que era la definitiva. De hecho, y como ha informado este diario, en las últimas horas lo que se estaba dirimiendo era "dejar el foco a ERC y Bildu". Esto es, permitir que fueran los socios de gobernabilidad, que han tenido un papel clave en la negociación, y cuyos votos son vitales para aprobar la norma, quienes pudieran capitalizar el anuncio. Desde este jueves se planificaba que así fuera.

La maquinaria estaba por tanto activada. Pedro Sánchez había trasladado la orden: desbloquear ya en el Congreso la Ley de Vivienda. Y los implicados se han puesto manos a la obra. En el entorno del presidente del Gobierno estaba instalado desde hace días el convencimiento de que se iba a aprobar y no albergaban dudas de que sería antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M.

La determinación de La Moncloa ha sido una de las claves para el desbloqueo. Dictaminar que debía salir sí o sí, encomendando esta parte final de la negociación al Ministerio de Transportes, con participación también de Economía. Tomaron las riendas en la parte final de la negociación e intensificaron las negociaciones con ERC y Bildu tras la orden de Sánchez. Que se estaba en la recta final lo indicaba la participación en las mismas de los principales líderes de cada parte. Por ejemplo, Gabriel Rufián, por parte de los republicanos catalanes, ha estado muy encima en esta parte final.

https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/el-pl%C3%A1cet-de-erc-y-bildu-permite-al-gobierno-desbloquear-la-ley-de-vivienda/ar-AA19QOnu?ocid=hpmsn&cvid=c4a2e648172747c7b7a0f350ed8db124&ei=11


El desbloqueo de la Ley de Vivienda supone, por un lado, una palanca para el Gobierno de cara a la campaña electoral, vender la primera norma de la democracia sobre vivienda, munición electoral en definitiva; y por otro cohesionar la coalición, que vive momentos complicados, con la grave crisis por la reforma de la ley del sólo sí es sí como telón de fondo. De hecho, la aprobación en el Congreso de la Ley de Vivienda permitiría tapar el "ruido" que de nuevo se generará la próxima semana con la votación de la reforma del sólo sí es sí, que mostrará de nuevo la división y los choques en la coalición.

El camino de esta norma empezó en octubre de 2020 cuando Sánchez y Pablo Iglesias acordaron regular el alquiler en cuatro meses y así salvar los primeros Presupuestos de la coalición. Desde entonces, la norma volvió a servir de moneda de cambio para las Cuentas Públicas a finales de 2021; han pasado dos ministros de Transportes, Iglesias salió del Gobierno... y el texto seguía, hasta ahora, sin validarse en el Congreso.