La polémica continúa en torno a los duques de York
Decir que el príncipe Andrés regresa al ojo del huracán no es decir nada, porque el tercer hijo de la Reina de Inglaterra lleva años "instalado" allí y no parece moverse. Durante los últimos meses, especialmente el tiempo que precedió al Jubileo de Platino de Isabel II, parecía que su equipo de abogados había logrado dar carpetazo (a golpe de chequera) a todo lo relacionado con su vinculación con el magnate condenado y fallecido Jeffrey Epstein y a su demanda por abusos sexuales. Sin embargo, meses después surgen informaciones distintas que aportan una nueva versión de lo que podría haber sucedido en torno a ese caso.
El pasado febrero, The Telegraph publicó que el príncipe Andrés había llegado a un acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre, que le había demandado por presuntos abusos sexuales cuando era menor de edad y estaba atrapada en la red que había tejido Epstein. Trascendió entonces que él pagaría unos 14 millones de euros (que tanto Isabel II como el príncipe Carlos le ayudarían a pagar) y así no irían a juicio. Esto sirvió para que Isabel II tuviera la "fiesta en paz" y celebrara sus 70 años en el trono alejada de cualquier polémica, aunque no sirvió para que el príncipe Andrés volviera a la vida pública, ya que al parecer tanto el príncipe Carlos como el príncipe Guillermo lo consideran una pieza dañina para la monarquía y ven imposible su incorporación a la institución, como se evidenció con su ausencia en el jubileo y también cuando se celebró en Windsor la ceremonia anual de la Orden de la Jarretera en la que Andrés estuvo pero no apareció ni participó en la procesión.
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Ahora, el británico The Sun, asegura que esa cantidad que circuló en los medios de comunicación no fue la acordada y que el pacto se firmó por mucho menos, entre tres y cinco millones de libras esterlinas que no incluirían el silencio de Giuffre, por lo que no se descartarían nuevas publicaciones sobre este tema. Aunque, por otro lado, ella ya ha contado su verdad con muchos detalles y en numerosas ocasiones, incluido el documental Jeffrey Epstein: asquerosamente rico de Netflix, y, en parte, esto le ayudó a poner contra las cuerdas al príncipe Andrés. Independientemente de esto, el caso no se va a olvidar pronto, ya que según Deadline, medio especializado en la industria de entretenimiento audiovisual, la historia de cómo la BBC consiguió la entrevista del príncipe Andrés (la que dio en noviembre de 2019 para desvincularse de Jeffrey Epstein y que resultó ser un completo desastre) se convertirá en una película llamada Scoop cuyo guion ya se está escribiendo y –según el citado medio- se baraja el nombre de Hugh Grant para interpretar al príncipe.
Esta información ha salido justo después de que se supiera que Sarah Ferguson, la ex mujer del príncipe Andrés, pero con el que sigue compartiendo residencia oficial en los terrenos reales de Windsor (al lado del castillo, en el condado de Berkshire) además de vida familiar, habría comprado una casa de cinco millones de libras en el barrio de Mayfair, uno de los más caros de Londres y a un paso del Palacio de Kensington. Esto ha hecho que las finanzas de la pareja –que siempre han estado en el punto de mira- despierten la indignación de la mujer que les vendió el chalet de Verbier, esa propiedad de lujo por la que finalmente fueron demandados.
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Isabelle de Rouvre vendió este chalet alpino –en una de las estaciones de esquí más caras del mundo- a los York en el 2014 por 21 millones de euros pero les faltaban por pagar 8 millones, motivo por el cual la socialité francesa los llevó a los tribunales y, según cuenta ella misma, finalmente accedió a recibir solo la mitad de lo que le debían por miedo a terminar sin recibir absolutamente nada. "Entendí que no tenían el dinero y creía que iría a prisión en Estados Unidos, así que pensé que era mejor conseguir lo que pudiera", explica De Rouvre a The Telegraph. "Estoy indignada porque ahora me dicen que ha gastado millones en otra propiedad. Es simplemente increíble, toda esta historia es increíble", añade al saber que ahora Sarah Ferguson, cuya biografía ha estado cíclicamente salpicada de escándalos financieros, es la propietaria de una casa de lujo en un barrio al que muy pocos tienen acceso.
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