domingo, 31 de julio de 2022

Muerte llama a la puerta.

 
Daniel se muere porque hizo un trato con el diablo para ocupar mi vida y que mi alma muriera para ocupar el mi sitio y jerarquia. 
Yo soy cristiana y estoy siendo muy atacada pero no me puedo defender porque no puedo casi demostrarlo. 


Ascensos.

Soy cristiana creyente y no tengo ni pecados ni delitos ni ganas de tenerlos, en 2033 o despues habrá ascensos por lo que haya hecho incluidos estos 10 años antes del 2033 si no nos dejamos robar el ascenso por los méritos o esfuerzos y sacrificios, tampoco soy idiota ni ambiciosa desmedida, todos sabeis  mi sitiación que estoy arreglando pero a la ayuda tambien le hacen daño y voy saliendo de esto poco a poco.


( No lo he leido ni me da tiempo ahora, intentaré leerlo y buscar más información en otros artículos ).


COMO DEFENDERSE DE UN DEMONIO SEXUAL

LE EXPLICAMOS CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE ESTOS SERES MALÉFICOS PARA QUE USTED PUEDA ESTAR PREVENIDO. ADEMÁS, VARIAS FORMAS PARA ALEJARLOS DE SU VIDA PARA SIEMPRE.

Los demonios sexuales son fuerzas malignas conocidas por los esoteristas desde la Antigüedad. Existen, básicamente, dos tipos de seres maléficos: los íncubos y los súcubos. Los primeros son los demonios de aspecto masculino y los segundos son los femeninos.

Estos seres suelen atacar por la noche y se alimentan de la energía de la persona, a la que agotan físicamente o a la que le complican su vida sexual con insatisfacciones constantes.

En esta nota, le explicamos su origen, sus características y su forma de actuar para que pueda reconocerlos, así como la forma de defenderse de ellos.

Preste atención, porque es probable que alguno de los problemas de pareja que esté padeciendo tenga como culpable a estos seres.

EL ORIGEN DE LOS DEMONIOS SEXUALES

Los íncubos y los súcubos son descendientes del mismo Diablo. Se cree que el comienzo de esta especie diabólica tiene su origen en la ambición del Diablo en conquistar a Eva, la primera mujer.

Para ello, se le presentó en forma de Lucifer, el lucero del alba, una de sus manifestaciones más hermosas para una mujer, porque muestra un aspecto melancólico, desdichado y desamparado. Así, fue que Eva primero lo acogió maternalmente y, luego, de a poco, accedió a todas sus demandas malignas.

Por otro lado, el Diablo sabiendo que el punto débil de todo hombre es la mujer, tomó forma femenina como Lilith, a fin de conquistar y aquietar a Adán en la reconquista de Eva. Por su debilidad, Adán sucumbió ante la tentación de la encarnación primordial del diablo femenino, junto a quien estuvo durante 130 años y tuvo una gran descendencia.

Según la demonología, esa descendencia estuvo constituida por un gran número de ángeles que se enamoraron de las mujeres humanas; de cuya unión, no contemplada por la creación divina, surgió finalmente la raza de los íncubos y los súcubos.

Estos seres, ni del todo hombres ni del todo demonios, son mortales pero poseen el don de la metamorfosis y su morada es la Tierra. Tal vez, su crueldad se deba a que su alma sí es inmortal y está condenada a permanecer indefinidamente en el limbo, zona intermedia entre el cielo y el infierno.

LOS EGRÉGORES

Hay una versión poco conocida que dice que los íncubos y súcubos eran los “egrégores” (ángeles de la guarda) tentados por el mismo Diablo en el aspecto sexual. Esa ruptura de la inocencia los habría llevado a desear los placeres de la lujuria y a atacar a las personas que hasta entonces custodiaban inocentemente.

¿QUIÉNES SON LOS DEMONIOS SEXUALES?

El poder sexual de un individuo es una fuente de energía. Por tal motivo, existen demonios que actúan como “vampiros energéticos”, alimentándose de la energía sexual de las personas.

La demonología (ciencia que estudia los demonios) ha definido que íncubo, es el demonio que toma aspecto masculino y absorbe la energía sexual de las mujeres. En cambio, el súcubo es un demonio de aspecto femenino que absorbe la energía de los hombres.

Cualquier persona puede ser víctima de esta clase de demonios. Estos seres adoptan un aspecto muy atractivo, que hace que la víctima caiga seducida por su hermoso aspecto. El demonio se presenta ante su víctima como él/ella esperaría que fuera su pareja ideal, sabe cómo acariciar y dónde. Es por eso que la víctima siente tanto placer y, por lo tanto, consiente que continúe; lo que genera un círculo vicioso que termina por consumir la energía sexual de la víctima.

Según el Diccionario Infernal (De Plancy), los íncubos son demonios impúdicos y lascivos que tienen relaciones con mujeres, sean casadas o solteras. Esta relación es diferente a la posesión diabólica o al comercio sexual del Diablo con sus fieles, ya que la víctima, en el caso de los ataques de íncubos (también para con los súcubos), es totalmente inocente por haber sido elegida como compañera erótica de estos entes diabólicos.

¿CÓMO SEDUCEN LOS ÍNCUBOS Y SÚCUBOS?

Los demonios sexuales seducen a sus víctimas y siempre se presentan con una apariencia atractiva. Se manifiestan de varias formas.

Algunas personas sienten que una presencia los acaricia y hace el amor con ellos como si fuera una persona real. Otros, en cambio, sueñan con un hombre o una mujer -generalmente hermosos- que le hace el amor incansablemente.

Los más habitual es que se presenten de noche, y se-duzcan a sus víctimas, que se encuentran en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño. De aquí la peligro

sidad de estos seres, ya que es difícil saber si lo ocurrido ha sido real, o sólo una fantasía de su mente.

Se sabe, sin embargo, que en muchas ocasiones, tanto íncubos como súcubos han actuado a plena luz del día. También es difícil de comprobarlo, porque sólo se muestran a sus víctimas.

En todos los casos, los síntomas son los mismos. Al despertar, las personas atacadas por un demonio sexual sienten que están agotadas. Algunos encuentran restos de fluidos sexuales y marcas en el cuerpo, como besos, arañazos y mordidas leves.

Las parejas de las víctimas aseguran que no notaron nada, pues los íncubos y súcubos los inducen a un profundo sueño para evitar que sean molestados, mientras ellos hacen sus fechorías.

Cuanto más tiempo pase desde el primer encuentro sexual con el demonio, más difícil será expulsarlo.

El problema radica en que la víctima encuentra un placer sexual incomparable, que estimula aún más su deseo, por lo que ansía concretar un nuevo encuentro. Por eso, es importante tener información y prevenirse.

LAS MARCAS DEL DIABLO

Las marcas en la piel muestran la extrema pasión con que estos demonios atacan a mujeres y hombres, y constituyen un desencadenante de uno de los sentimientos más dolorosos en las relaciones de pareja: los celos.

La maldad de estos demonios queda patente en cómo disfrutan de la infidelidad que despiertan; lo que potencia aún más el goce de la impunidad de la que hacen gala.

¿DE QUÉ FORMA PREVENIR UN ATAQUE?

Algunos estudiosos del tema aseguran que los íncubos y súcubos sólo atacan a las personas que se encuentran insatisfechas sexualmente o a los que abusan de la masturbación.

Otros, en cambio, dicen que sólo atacan a aquellas personas sin fe.

Sin embargo, esto no parece muy cierto, dado que hay muchos testimonios sobre personas que se acuestan en un lugar no habitual (casa nueva, hotel, cabaña, etc.) donde, sin saberlo, mora el íncubo, súcubo o espíritu sexual, y allí también se produce un ataque.

Un caso documentado relata que un hombre se quedó a dormir en la antigua casa que estaba reparando y que, a la noche, fue visitado por una hermosa mujer que comenzó a acariciarlo, produciéndole un intenso placer. Pero el hombre se despertó sobresaltado y rezó continuamente hasta que la sensación de esas manos sobre su cuerpo desapareció.

Es por eso que encender varillas de incienso y el rezo nocturno son, por lo general, las formas de prevención más simples y efectivas.

TOMAR UN BAÑO CON RUDA, LAUREL Y UN PERFUME CÍTRICO ES UNA FORMA MUY EFECTIVA DE LIMPIAR SU CUERPO Y PREVENIR EL ATAQUE DE LOS DEMONIOS SEXUALES.

CEREMONIAS PARA EXPULSAR A LOS DEMONIOS SEXUALES

Para expulsar a esta clase de demonios, se utilizan técnicas similares a las de otros exorcismos, pero más sencillas; es decir, que puedan a su vez ser practicadas por las mismas víctimas, si es que se dan cuenta de que están siendo presas de unos de estos seres diabólicos.

La mayoría de estos rituales de protección y defensa incluyen la curación de la ropa interior, la cama, la habitación y, lo más importante: la misma persona afectada.

Además, estos demonios sexuales pueden ser dominados mediante varios ritos preventivos, tales como: ciertas oraciones, ensalmos, o bien, por medio de amuletos que se llevan en el cuerpo o se guardan en un lugar determinado.

Pero, cuando los casos toman importancia y nada de lo anterior resulta, sólo pueden ser llamados o controlados por adeptos calificados, como sacerdotes, magos, hechiceros o chamanes; porque, como son seres muy traicioneros, es sumamente peligroso trabajar con ellos y convocarlos para lograr determinados fines.

BAÑO PURIFICADOR

Antes de ir a dormir, tome un baño siguiendo las siguientes instrucciones:

● En un jarro, deberá poner a hervir: 3 tazas de agua, 1 pu-ñado de ruda seca, 3 hojas de laurel y 3 chorritos de perfume cítrico (limón o naranja).

● Dejar hervir durante tres minutos. Colarlo y llevarlo al baño. Ducharse y, al terminar, volcarlo sobre el cuello (nunca en la cabeza) para que cubra el cuerpo.

● Mientras tanto, deberá rezar el padrenuestro tres veces seguidas.

● Luego de terminar, no se debe secar con una toalla, hay que esperar a que la mezcla y el agua de su cuerpo se evaporen solas.

● Diríjase a su habitación, acuéstese en la cama -sin ropas- y cierre los ojos.

● Visualice cómo una luz divina que desciende del cielo, envuelve todo su cuerpo y, a su vez, le da paz.

● Finalizada esta visualización, puede proceder con sus prácticas habituales antes de ir a dormir.

● Recuerde que el ritual debe repetirse durante tres días consecutivos.

INCIENSO Y ORACIÓN A SAN BENITO

Este santo es el patrono de la lucha contra los seres maléficos. San Benito fue un santo exorcista y, por ello, su oración es muy poderosa.

A fin de que pueda obtener su poder, antes de rezarle, deberá quemar incienso en grano sobre tres carbones vegetales (en representación de la Santísima Trinidad).

Luego, aproveche ese humo de incienso, y páselo en su habitación, en la cama, especialmente, en la ropa de cama, batas, pijamas, etc.

Mientras se inciensa la casa, la cama y la ropa, hay que recitar la oración de San Benito para alejar a los demonios:

“Que la Santa Cruz

sea mi Luz y no sea el demonio mi guía. Retírate, Satanás, no me aconsejes vanidades; son malas las cosas que brindas, bebe tú esos venenos”.

Luego, rece un padrenuestro y un gloria, que resultarán las oraciones más efectivas para cerrar el rito. Siempre se reza en número de tres, tantas veces como sea necesario.

Recuerde que este ritual se debe repetir durante tres días consecutivos.

DEFENSAS NOCTURNAS

Tener símbolos religiosos cerca siempre es una buena forma de poder defenderse del ataque de estos demonios. Por ejemplo, puede guardar en su mesita de luz una Biblia, y leer unas líneas antes de acostarse; o colgar un crucifijo en el respaldo de su cama; o, también, encender un sahumerio de mirra cada noche.

ESTIMULAR EL CHAKRA SEXUAL

El cuerpo humano posee siete chakras o vórtices de energía, ubicados en diferentes partes del cuerpo. Cada uno corresponde a una vibración asociada con un planeta, un color, una nota musical y un metal.

El chakra raíz o sexual es uno de los más importantes, su color es el rojo y la nota que lo hace vibrar es “do”. La energía vital de la persona proviene del vértice que, lamentablemente, es menospreciado socialmente. Sin embargo, muchas corrientes energéticas y filosóficas -como el Tantra y el Yoga- los incluyen en la armonización total de la persona. Incluso, aseguran que la práctica sexual constituye el perfecto camino para la evolución y la iluminación.

A fin de que este chakra funcione como corresponde y ningún demonio sexual aproveche la disfunción del mismo para atacar a la persona, usted deberá estimularlo y mantenerlo activo sólo con cuestiones que le interesan mucho. Es decir, no dude en gozar de un sexo pleno con su pareja.

No se inhiba ante nuevas experiencias, siempre y cuando estén dentro de los límites de su concepción moral del placer. Y, sobre todo, en-cuentre tiempo para conocerse a sí mismo, recorrer su cuerpo, reflexionar sobre sus fantasías sexuales, etcétera.


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