Brest: la desconocida masacre de judíos que acaba de salir a la luz en Europa

  • Sarah Rainsford
  • BBC News, Brest, Bielorrusia
Lugar donde fue encontrada la fosa común.
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Los restos humanos fueron encontrados durante los trabajos de construcción de un bloque de apartamentos.

Muy despacio, cuidadosamente, jóvenes soldados sacan de la tierra huesos humanos enterrados hace décadas. Junto con los restos hay trozos de tela y suelas de zapatos.

Están descubriendo un capítulo poco conocido del Holocausto en el oeste de Bielorrusia.

La fosa común fue descubierta durante los trabajos de construcción de un bloque de apartamentos de lujo.

Desde entonces, soldados especialmente entrenados han desenterrado los restos de más de 1.000 judíos, asesinados cuando la ciudad de Brest fue ocupada por la Alemania nazi.

"Los cráneos tienen agujeros de bala", dice Dmitry Kaminsky.

Su equipo militar generalmente busca los restos de soldados soviéticos. Aquí, en cambio, han encontrado pequeños cráneos de adolescentes y un esqueleto femenino con los restos de un bebé, como si ella lo hubiera estado acunando.

Presentational white space

Miles de ejecuciones

Antes de la Segunda Guerra Mundial, casi la mitad de los 50.000 habitantes de Brest eran judíos.

Más de 5.000 hombres fueron ejecutados poco después de la invasión alemana en junio de 1941.

Bronnaya Gora
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Este era el bosque de Bronnaya Gora a donde fueron llevados miles de judíos de Brest para ser asesinados.

Los que quedaron fueron llevados al gueto: varias cuadras del centro de la ciudad rodeadas de alambre de púas.

En octubre de 1942, llegó la orden de eliminarlos.

Los subieron a trenes de carga en los que viajaron durante más de 100 km hasta un bosque. En Bronnaya Gora, miles más fueron fusilados.

Se cree que la recientemente descubierta fosa común en el antiguo gueto contiene los restos de aquellos que lograron esconderse en un principio, solo para ser rematados más tarde.

"Nadie habló de ello oficialmente"

"Cuando mis padres regresaron, la ciudad estaba medio vacía", dice Mikhail Kaplan, hojeando instantáneas en blanco y negro en la mesa de su cocina.

Mikhail mira el lugar donde hallaron la fosa común en lo que antaño era el gueto de Brest.
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Mikhail mira el lugar donde hallaron la fosa común en lo que antaño era el gueto de Brest.

Sus padres pudieron escapar de la masacre porque estaban fuera cuando los alemanes invadieron Brest. Las fotografías de Mikhail son de tías, tíos y primos que fueron asesinados.

"Mi padre nunca habló sobre lo que sucedió, fue demasiado doloroso. Pero mi abuela lloraba todo el tiempo recordando a Lizochka", explica mientras agarra una fotografía de su tía Liza vestida para salir una noche con amigos.

Liza con dos amigos.
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La tía de Mikhail, Liza (derecha) saliendo con dos amigos. Los tres fueron asesinados por los nazis.

Liza y Ruth
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Aquí Liza posa con su hija, Ruth, quien también murió.

Después de la guerra, sin embargo, Mikhail dice que la masacre judía no fue conmemorada.

"Todos sabían lo que había sucedido, pero nadie habló de ello oficialmente", dice. "Los alemanes nos destruyeron, deliberadamente. Los soviéticos simplemente se quedaron en silencio".

Incluso ahora, el museo del Holocausto en Brest es una sala en un sótano, curado y dirigido por la pequeña comunidad judía que se estableció en la ciudad después de su liberación.

Las exhibiciones incluyen las historias milagrosas del puñado de sobrevivientes del gueto que se escondieron debajo de pisos falsos o detrás de paredes en sus casas durante meses.

Museo judío en Brest
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El pequeño museo judío en Brest describe la vida en el gueto.


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España



Nota : el alma es eterna mientras no tenga muchos y graves pecados. A veces le cuesta encontrar el camino al cielo pero los justos, " los hombres que ama el Señor, los hombres tranquilos ", llegan.

Historia política

Estudio científico de fosas de Guerra Civil española: quiénes y cómo fueron asesinados


Lourdes Herrasti y Alfredo González Ruibal (The Conversation).

https://interferencia.cl/articulos/estudio-cientifico-de-fosas-de-guerra-civil-espanola-quienes-y-como-fueron-asesinados


http://almadeherrero.blogspot.com/2016/06/fabrica-de-armas-de-oviedo.html

 «Las personas son las que hacen que verdaderamente ocurran las cosas», reflexiona.

https://www.elcomercio.es/oviedo/201702/05/misterios-fabrica-vega-20170205010028-v.html


El Hambre con mayúscula había acuñado un lema que corría de boca en boca entre los vecinos de la zona: un kilo de balas es un kilo de pan. Por eso el padre de Gregorio Salcedo, como tantos otros, removía aquel día los dos cadáveres tirados en medio del campo en busca de algo que pudiera vender como chatarra. Lo que encontró no era lo que esperaba: dos pasajes de barco con destino a España. Sólo de ida.

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Los 127 de la Brigada Lincoln
Los trabajos sobre el terreno, que arrancan este lunes, comenzarán a buscar por el cerro del Pingarrón y proseguirán en dirección norte. Lo harán bajo la atenta mirada, por cierto, de los reporteros del Canal Historia de la BBC, atraídos por el destino trágico de los brigadistas británicos, aplastados en la «colina del suicidio» por las tropas franquistas. Para hallar el punto exacto de este enterramiento, donde puede haber unos 20 cuerpos, los historiadores cuentan con una foto de la época y la intuición de un británico nieto de un combatiente que cree saber dónde están.

Más numerosa es la fosa donde están enterrados los 127 norteamericanos caídos de la Brigada Lincoln, que «murieron en 10 minutos, por fuego de ametralladora, en un ataque estúpido el 27 de febrero», explica González de Miguel. Del lugar exacto queda una foto también de época, un montón irregular de tierra y una equis en un mapa.

Tercer cementerio republicano: una orilla de la carretera que une Arganda del Rey y Morata, donde cayeron 250 de los 500 soldados alemanes, austriacos y polacos de la Brigada Thaelmann. «El nivel de bajas fue estremecedor. Y a los españoles les llamaban la atención esos corpachones tan grandes cuando los echaban a la fosa», explica el historiador.

Asimismo, hay constancia de un enterramiento en la carretera de Morata de Tajuña a Chinchón, gracias a un dibujo que hizo tras la guerra el escritor Antonio Buero Vallejo, y en el cruce del puente de Pindoque, donde cayeron cerca de un centenar de brigadistas franceses y belgas.

En el bando nacional hay al menos dos cementerios
 sobre los que hay pistas fiables, uno de legionarios y otro de regulares, víctimas todos ellos de la sangrienta batalla del cerro del Pingarrón, en la que uno de cada dos contendientes resultó herido o muerto. Se calcula que en ambas fosas puede haber entre 100 y 200 cuerpos, aunque, por supuesto, por separado. Los legionarios en una y los moros en otra, enterrados con sus propios ritos. ¿Y dónde? Hasta hace unos años se conservaba una gran media luna colocada a modo de homenaje a los marroquíes, que aportaron 31 de los 48 batallones franquistas. Se cree que hoy está camuflada por la floresta.


Una buena noticia
¿Y qué se hará cuando se localicen los cuerpos? Quizás un monolito que recuerde a los caídos, o la protección del espacio o al menos una investigación forense de los restos.
Pero, como dice Avial, lo importante de esta campaña, promovida por la sociedad cultural Filmasub con la subvención del Ministerio de Presidencia y la autorización de la Consejería madrileña de Medio Ambiente, es que «es la primera en que se hace memoria histórica de los dos bandos, no de uno solo».

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Salcedo, sin embargo, lo explica de una forma más directa («yo no soy historiador», recuerda): «Los soldados las pasaron putas, da igual de la ideología que fueran».


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Siete fosas, dos bandos
- Legionarios: sufrieron fuertes bajas en el cerro del Pingarrón, donde lucharon 1.200 soldados nacionales y 8.000 republicanos.
- Tabores de regulares: los moros sumaban 31 de los 48 batallones de Franco, y tuvieron fuertes pérdidas. Fueron enterrados según el rito islámico y bajo una gran media luna que ahora se busca. Entre las dos fosas del bando nacional, 200 cuerpos.
Batallón Abraham Lincoln. 127 bajas en el Pingarrón, el último día de la batalla y en apenas 10 minutos. Sus compañeros levantaron un monolito sobre sus tumbas con una leyenda en inglés: «A nuestros camaradas caídos. Nuestra victoria es vuestra venganza».
- Brigadistas británicos: víctimas del fuego fascista en la «colina del suicidio». Se calcula que hay enterrados unos 20 cuerpos.
- Brigadistas: enterrados junto a la carretera de Morata a Chinchón. Se desconoce el número.
- Brigadistas franceses y belgas. 86 víctimas. Murieron en el enfrentamiento en el puente de Pindoque, sobre el Jarama. Fueron enterrados en la zona.
- Batallón Thaelmann. Brigadistas alemanes, austriacos y polacos. 250 muertos, la mitad de la compañía. Enterrados a la orilla de la carretera de Arganda a Morata.

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También hay un registro de la ciudad mantenido por los alemanes. El 15 de octubre de 1942 había registrados 17.893 judíos en Brest. En el registro del día siguiente, ese número aparece tachado.

"Por eso sabemos cómo fue liquidado el gueto", explica el líder de la comunidad, Efim Basin.

Basin sospechaba que los trabajadores podrían encontrar algunos cuerpos en el lugar de la construcción, pero nunca tantos.

"Esto solo subraya lo poco que sabemos sobre nuestra historia", agrega.

Él estuvo explorando los archivos a lo largo de los años, intentando corregir eso. Pero los testimonios de los testigos son limitados. Y el destino de los judíos en Bielorrusia siempre se ha fusionado con las pérdidas catastróficas sufridas en general bajo la ocupación.

Lápidas del cementerio judío.
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Lápidas del cementerio judío fueron removidas para construir un estadio deportivo.

"Los funcionarios repetirían el mantra '¡Nunca olvidaremos!' sobre los muertos, pero la parte judía fue silenciada", recuerda Efim.

"Todos los monumentos de guerra estaban dedicados a los 'ciudadanos soviéticos'", dice, afirmando que eso se debe en parte al antisemitismo y en parte al énfasis soviético en la idea de "una nación".

"Pero eso fue muy ofensivo. Los judíos no fueron asesinados por resistirse a los nazis. Fueron asesinados porque eran judíos".

Un nuevo monumento

Al recorrer la ciudad a pie, Efim señala las muchas huellas de la vida judía.

Cine en Brest.
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El cine de Brest fue construido encima de la sinagoga principal de la ciudad durante la era soviética.

Entre ellas se incluye la sinagoga principal, con un cine cilíndrico construido sobre ella en la época soviética. Las paredes de mármol originales todavía están intactas en el interior, demasiado sólidas para ser destruidas.

El cementerio judío, parcialmente demolido por los nazis, fue luego liquidado por la URSS. Las tumbas fueron apiladas y se construyó un estadio deportivo encima.

El único monumento en recuerdo del Holocausto en el centro de la ciudad fue creado por la comunidad judía y la diáspora.

El monumento en recuerdo de las miles de víctimas judías en Brest
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El monumento en recuerdo de las miles de víctimas judías en Brest fue construido por la comunidad sobreviviente.

Así que ahora están presionando para construir un nuevo monumento en el lugar donde las víctimas fueron ejecutadas. Las propuestas hasta ahora, sin embargo, incluyen plantar algunos árboles en lo que después será el jardín de los apartamentos de lujo.

"Algunas personas dicen que están construyendo sobre huesos, pero eso no es cierto", insiste Alla Kondak, del departamento de cultura de la ciudad. "Solo detendremos el trabajo de excavación una vez que se hayan recuperado todos los restos".

Esos huesos se volverán a enterrar en el cementerio de la ciudad, y Kondak no ve necesidad de más.

"¡Hay tumbas por todas partes aquí! Los alemanes dispararon y enterraron a las personas en el lugar", argumenta.

Sitio de la fosa común.
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La fosa común fue encontrada en un área de la parte vieja de Brest, donde los nazis forzaron a los judíos a vivir.

Pero parece que pocos ciudadanos son conscientes del destino específico de los judíos.

"No aprendimos nada en la escuela sobre el gueto de Brest", admiten dos mujeres de veintitantos años. "No creo que nadie de nuestra edad realmente sepa nada".

"No sé nada sobre el gueto o la fosa común", dice una señora mayor, cerca del sitio de excavación.

Pero a medida que se acaba otro día de excavación, los soldados salen de la fosa con más cajas llenas de huesos.

Con cada fragmento recuperado del suelo, la historia se hace más difícil de ignorar.

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